Historia de las misiones
Hace más de dos mil años nació Jesucristo. En su
tiempo, el pueblo judío no era ni el único, ni el más importante. Es más, los
judíos eran una nación pequeña que había sufrido varias persecuciones a lo
largo de los siglos. Conocemos grandes civilizaciones que precedieron esos
tiempos: Mesopotamia, Egipto, Grecia; sólo por nombrar algunos. Pensemos en el
desarrollo del hombre en Asia, África, América y Europa. Había hombres,
pueblos, naciones, culturas por todo el mundo. Sólo un pueblo pequeño era el
elegido de Dios: los judíos. Ellos conocían al verdadero Dios, porque a ellos
se les había revelado. De ese pequeño grupo sólo unos pocos reconocieron en
Jesús al Mesías prometido. Eran tan sólo unos cientos en un mundo de millones.
Ahora, dos mil años después, somos millones los que
seguimos a Cristo, aunque hay muchos más que aún no le conocen. ¿Cómo llegó la
fe a nosotros, a nuestros padres y abuelos? Si sigues la historia de tu
familia, descubrirás que alguien se convirtió a la fe verdadera en algún
momento. Se convirtió gracias a que alguien más fue fiel a su vocación
misionera. De hecho el cristianismo ha crecido gracias a que muchos hombres y
mujeres vivieron sus compromisos bautismales y fueron eslabones en la cadena de
salvación. ¿Te imaginas el mundo si la Iglesia no fuera misionera?
La Iglesia nos enseña
“Del amor de Dios por todos los hombres, la Iglesia ha
sacado en todo tiempo la obligación y la fuerza de su impulso misionero: porque el amor de
Cristo nos apremia.
Es fácil darnos cuenta que muchas personas nunca han
encontrado un sentido en su vida. Algunas se han deslumbrado con bienes no
supremos como la inteligencia, el poder, el dinero, la comodidad y hasta la
salud. Ninguno de ellos es malo, pero son sólo medios, no fines. El único fin
que nos hace feliz es Dios mismo. Descubrir a Dios, dejarse enamorar por Él,
implica siempre querer comunicarlo a los demás. Jesús murió y resucitó por mí,
por Juan, por Teresa, por X, también por Tom que es un aborigen australiano y
por Pedro, indio lacandón, lo mismo que por Gustavo que es físico nuclear. La
salvación es para todos y de la tarea misional depende que llegue a todos los
rincones de la tierra.
Vamos a hablar de algunos misioneros. No se trata de
conocer historias interesantes, sino de ver cómo algunos hombres pudieron
ayudar palpablemente en la historia de la salvación:
- Pablo. Nació en Tarso. Judío muy educado en materia
religiosa, muy celoso del cumplimiento de la ley. Perseguidor de cristianos.
Dios le llama de manera muy especial, lo tira del caballo y ciega con una luz y
le pregunta “por qué me persigues”. La conversión de Pablo es total. El amor a
Dios le abrasa y necesita dar a conocer a Cristo. El tiempo apremia. Viaja
incesantemente por todo el imperio romano convirtiendo a judíos y gentiles.
Muere mártir en Roma. Es conocido como el apóstol de los gentiles, porque
convirtió a muchos no judíos. Sus cartas son un legado riquísimo, invitan al
verdadero amor, gritan la necesidad de evangelizar.
- San Francisco Javier. Jesuita español enviado a
Oriente. Su amor a las almas lo lleva a los sitios más remotos y frente a los
más interesantes personajes de la época. Busca incansablemente que su Señor sea
amado.
- Santa Teresita del Niño Jesús. Monja carmelita
descalza. Su precaria salud le impide realizar el sueño de su vida: ir a las
misiones. Ofrece su vida a Jesús, su gran amor. Sufre al pensar en las gentes
que no conocen a Cristo y convierte cada minuto de su vida, cada acto, por
insignificante o grande que fuera, en ocasión de salvación para sus hermanos.
Porque ofrecer la vida es también salvar y ser misionero. Es patrona de las
misiones y doctora de la Iglesia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGKJzA-FpNTGiCaUHhKgbK8VoAelQeiqYdkp473uzRa23i1iKiKmXRlJ8dxVR_uAx3A5BRM3S1Xiw_CYr80Zl9cnfNEtVorw4vBvvH_o9uP-IRWwhc5UpVH-nWBtOP8PEavmZphw7pADy7/s400/InfanciaMisionera.gif)
Como puedes ver, muchos hijos de la Iglesia han
contribuido a lo largo del tiempo a llevar el evangelio, es decir, la buena
nueva de la salvación, del amor actuante de Dios, a millones de hombres. La
forma de hacer misión es muy distinta, pero igualmente útil y necesaria. Han
sido misioneros yendo a buscar a la gente que no conocía a Jesús, han sido
misioneros dando testimonio con su vida del amor de Dios, han sido misioneros a
través del ofrecimiento, la oración y el sacrificio. La Iglesia es inmensamente
rica en vocaciones, todas especiales y particulares. ¿Cuál es la vocación específica
que tú tienes? ¿Qué te está pidiendo Dios y cómo puedes ser fiel a este
llamado?
Algo que no debes olvidar
- Del amor de Dios por los todos los hombres, la
Iglesia ha sacado su vocación misionera.
- Todos los seres humanos están llamados a la
salvación.
- La acción misionera es un medio para llevar la
salvación. Todos, en todos los tiempos, estamos llamados de manera particular y
especial a colaborar en el plan de salvación.
Comentarios
Publicar un comentario